SOMOS


Mi voto y el tuyo tienen sentido

 

La apatía nos invade, así como la desconfianza, la desesperanza y, hay que decirlo, la pereza de votar a consciencia. Pareciera que es más fácil votar por ese que nos dicen en el trabajo o en la universidad y, mejor aún, si esa persona a quien le doy el voto hace promesas para beneficio personal: un puesto de trabajo, un techo nuevo para la casa o la pavimentada de la entrada de la finca. Y entre promesas y favores, sólo la mitad de la ciudadanía se acerca a las urnas en las elecciones, eso dicen los índices de abstencionismo de nuestra ciudad… y nuestro país.

Y todo esto nos importa. Nos importa porque somos una institución que defiende la democracia y el voto como un valor dentro de este sistema político. Y lo defendemos porque es una conquista reciente, su historia acaba de comenzar: por ejemplo, sólo hasta 1992 se realizó la primera elección popular de gobernadores y en 1988, la de alcaldes; las mujeres sólo comenzaron a votar a finales de los cincuenta y el Código Electoral existe desde 1979. Al recorrer la cronología del voto en Colombia entendemos que estamos ante un derecho muy joven que debemos proteger y defender.

En 2015, para las elecciones locales, nos propusimos difundir el sentido del voto. De conversaciones, lluvias de ideas e ires y venires por esa pregunta constante sobre el cómo contar lo que pensamos, nació la campaña Mi voto tiene sentido (algunos de los que hicimos parte no podemos mencionarla sin que en la cabeza se empiece a tararear el estribillo que compuso Lila, una de las integrantes de Imagine.

Cinco criterios le otorgan un sentido especial a la acción de votar.

  1. Reconocer que el voto es un derecho y que debe ejercerse libremente. Que no se vende, no se intercambia, no se regala.
  2. Conocer el candidato o la candidata a quien se va a elegir, su trayectoria y su proyecto político.
  3. Comprender qué pasa en el lugar en el que se vive y tomar una decisión para el buen vivir de todas las personas.
  4. Elegir a alguien transparente, sin antecedentes judiciales ni prácticas ilegales.
  5. Aportarle a la construcción de paz en el territorio.

En suma, un voto con sentido es un voto libre, informado y consciente del momento histórico que estamos viviendo, en el que el país ha comenzado a soñar con la paz y el gobierno ha decidido dar pasos hacia ella.  

 

¡Nos fuimos para la calle!

La democracia también es conversar. "Un país adquiere textura y densidad política cuando es capaz de organizar una buena conversación democrática eficaz en la que todos se sientan partícipes", escribió el periodista catalán Lluís Bassets. Por eso, nuestra campaña "Mi voto tiene sentido" fue una invitación a la conversación, a poner el tema en nuestro diálogo cotidiano, en los grupos de whatsapp, en las mesas de los bares y los restaurantes, en las redes sociales. Hablar de elecciones, de candidatos y candidatas, de propuestas y de preguntas, también nutre el sentido del voto, nos ayuda a madurar políticamente, a construir en colectivo, a sumar esperanzas y a tomar decisiones más acertadas. Conversar es fundamental en el ejercicio de nuestra democracia.

Y hay que abrir canales de diálogo diversos, conversar con todas las generaciones, disponer de muchas plataformas para que la palabra se convierta en herramienta para tomar decisiones. Por eso, "Mi voto tiene sentido" concentró sus acciones en los encuentros presenciales con destinatarios y destinatarias de los proyectos. En estos espacios, las personas recibieron el "abanico electoral" y expresaron sus propias opiniones; creemos que escuchar el compartir también contribuyen a la construcción de sentidos. Y claro, seguimos nutriendo la apuesta por la comunicación digital con videos y debates en las redes sociales.

Por último, la democracia también es trabajar con otros. Por eso, reconocemos el gran aporte de la Cooperativa Financiera CONFIAR, que se vinculó de manera activa a esta campaña, con la financiación de gran parte de ella, pero también con su participación en la divulgación y en las diferentes acciones. El colectivo Imagine también hizo parte de ese diálogo público y la Plataforma de Seguimiento Electoral SEPA, una iniciativa conjunta del Instituto de Estudios Políticos de la Universidad de Antioquia, el programa Antioquia Visible de la Universidad EAFIT, los pregrados de Ciencia Política de las mismas universidades, Viva la Ciudadanía, Conciudadanía, la MOE Antioquia, la Corporación Región, el Instituto Popular de Capacitación –IPC– y la Corporación Mujeres que Crean.

Los resultados de esas elecciones dejaron una insatisfacción generalizada entre aquellos que hicimos parte de la campaña; especialmente por la falta de claridades con respecto a ese tema que nos mueve y nos convoca: la paz. Posturas tibias o contrarias a los diálogos entre el Gobierno y las FARC, propuestas confusas con respecto a la construcción de paz territorial, constituyen retos para el trabajo de nuestra organización con la institucionalidad pública. Y en esos retos también está el sentido de nuestro voto, de la democracia de la que hacemos parte.