Transformar la polémica sobre la memoria, la historia y la verdad, convertida hoy en un nuevo campo de disputa ideológica y partidaria, en un escenario para la discusión, el debate y la construcción de una opinión pública favorable a la paz y la reconciliación, es el gran reto.
En Colombia la memoria histórica llegó en medio de la guerra. No lo hizo después de las dictaduras y de las confrontaciones armadas, como sucedió en otros países de América Latina o Europa, en donde los trabajos de memoria se han consolidado en las últimas dos décadas y, además, se han vuelto política pública.
El saliente director del Centro Nacional de Memoria Histórica, Gonzalo Sánchez, espera que la Presidencia escoja para sucederlo a una persona que garantice la continuidad de lo realizado en más de una década de trabajo y respete las normas que rigen a la entidad.
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