Los planes de desarrollo municipales que se construyen en la actualidad tienen un reto histórico: posibilitar el tránsito hacia la construcción de la paz desde los territorios. Para lograrlo, es fundamental no sólo el reconocimiento de las personas víctimas del conflicto armado, pues es necesario que el accionar institucional se enfoque hacia la garantía del goce efectivo de sus derechos. Esto es aún más prioritario en Medellín si se considera que en la ciudad hay 575.000 víctimas del conflicto armado, según el Registro Único de Víctimas (RUV).
Dos asuntos fundamentales para la vida pública y política de la ciudad y el país nos ocupan este año: elecciones locales y proceso de paz. Y ambos temas no pueden entenderse de manera aislada, pues las negociaciones que hoy se adelantan en La Habana necesitarán voluntades políticas para su implementación en el ámbito territorial.
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