Francis M Corrales Acosta
Perfil.
Resumen
Aprehender los procesos de Región con población juvenil, implica situarnos en las lógicas del contexto y el momento que los rodea. Para lograrlo, haré un recorrido desde los años noventa, considerando las condiciones que ligan a la juventud con la violencia y la marginalidad en Medellín. Divido el texto en cinco partes: inicialmente expondré algunas reflexiones que llevaron a Región a cambiar los referentes de compresión de lo Juvenil; luego, abordaré la relación política y juventud desde su acción política hasta los procesos institucionales de construcción normativa y legal; en la tercer parte, destaco algunas cuestiones que rodearon las perspectivas del sujeto joven de y en formación, así como la emergencia de la generación de los “juvenólogos”; después, doy cuenta de la juventud desde una perspectiva culturalista, destacando identidades, prácticas y expresiones; y termino esbozando algunas discusiones.
Juventud y diversidad: trayectos y posibilidades
Francis M. Corrales Acosta
Introducción
Narrar los hitos del trabajo con jóvenes en Región sugiere una espiral del tiempo en el que la emergencia de fenómenos juveniles, no necesariamente responde a una sucesión de hechos, sino a una multiplicidad de eventos yuxtapuestos en algunos casos, y en otros, sucesos imbricados que han permitido relaciones desde la diversidad que representa en sí misma la juventud. Aunque algunos asuntos han capturado más la atención que otros, las acciones y el trabajo con juventud en Región ha estado en el corazón de su historia: la de los mundos posibles. Pero ¿qué es juventud? y ¿por qué su importancia?
La juventud como fenómeno, es un concepto polisémico que escapa a la comprensión del hecho social que en sí mismo podría representar. Para Lemus (1998), responde a la cotidianidad del término o mejor, a su uso común; puede llamarse juvenil, joven o juventud, cualquier expresión. Sin embargo, la emergencia de la juventud como hecho social es histórica1, se da en la Revolución Industrial, para quienes se reclama tiempo para el descanso, el ocio y el estudio, un periodo que Pérez llamará, juvenilización (Corporación Región, 2000). Su creciente expansión verá su pico más alto en 1984 cuando el Vaticano declara su Jubileo. En general en las instituciones sociales se despertó un creciente interés por el tema, considerándoles sujetos a formar, dirigir, orientar, acompañar; esto en el entendido de que la juventud se prepara para la vida adulta y, para ello contará con la “moratoria social” (Cubides y Margulis, 1993).
La idea de la juventud en la sociedad moderna, se construye ligada al “rebelde sin causa”, que cimienta la pujante industria cinematográfica (Reguillo 2000). Esta rebeldía, entendida como la expresión del malestar de un sujeto que no responde a los roles designados desde las instituciones sociales y que se manifiesta contrario en ocasiones al orden, se verá reflejada en los movimientos estudiantiles, pero también, como lo relata Reguillo, en la emergencia de los movimientos de resistencia en los años setenta y que, posteriormente, serán protagonistas de hechos violentos asociados a grupos al margen de la ley. Así pues, la historia de la juventud está llena de resistencia, violencia y procesos de sujeción; estos fenómenos sugieren que lo juvenil como hecho social, es la expresión de problemáticas propias del sistema económico, político y social, que a partir de los años noventa, genera interés en los diversos campos del conocimiento.
Esta reflexión es producto de un ejercicio de revisión documental de la producción de conocimiento en Región y del Diálogo de Juventud desarrollado en el marco de la celebración de los 30 años de la institución, en el que confluyeron diversos actores que en algún momento conformaron el equipo de Juventud o participaron en los procesos o programas. Además de haber participado en la construcción de una perspectiva de trabajo con jóvenes, hoy no solo representan el archivo histórico del legado institucional, sino que luego de varios años, fuera de la institución, han aportado un balance critico-reflexivo y significativo.
1. Los años noventa: la sociedad del riesgo y la construcción del sujeto joven como actor social
El joven en riesgo y de riesgo fue la marca de una generación heredera del fenómeno de la violencia de los años ochenta; un estigma que profundizó la marginalidad y el rechazo colectivo y que en la ciudad de Medellín, se asoció a comuna y sicariato; esta es la generación de No Nacimos Pa´semilla2, de Rodrigo´D no Futuro3 que habla de: la desesperanza y la impotencia en una sociedad clasista, elitista y debilitada por una creciente sobrepoblación pobre, arrinconada en la desazón y de jóvenes insurgentes y violentos:
“Una insurgencia de la juventud de las barriadas populares de Medellín, que han encontrado en la violencia, en el sicariato y en el narcotráfico una posibilidad de realizar sus anhelos y de ser protagonistas en una sociedad que les ha cerrado las puertas. Los sicarios suicidas, si así se les puede llamar, no son un producto exótico. Son el resultado de una realidad social y cultural, que se ha desarrollado, frente a los ojos impávidos del país” (Salazar, 1990).
De acuerdo con Hoyos (2002) se trata de jóvenes en condiciones de vulnerabilidad, que están en riesgo de gaminismo, prostitución y consumo de sustancias psicoactivas, pero también, son un riesgo porque incitan, inducen, concitan. Si bien era el tiempo del joven-masculino que tiende a la “delincuencia y el vandalismo”, agrega Hoyos (2002); la relación con la juventud en Región comienza a tener un matiz, se trataba entonces de reconocer a los jóvenes en su doble condición como víctimas y como victimarios (Corporación Región, 1990)
En los años noventa se inician programas de prevención y promoción que, como la Consejería Presidencial para Medellín, abrirían procesos diseñados para que la juventud encontrara en que ocupar su tiempo y evitar principalmente su vinculación a los grupos armados. Este protagonismo perverso de violencia y sicariato de la juventud en Medellín, rápidamente cambió como lo expresa Bonilla (2001), por la emergencia del sujeto social que, posteriormente, se identificaría con la movilización comunitaria y artística en el conjunto de los escenarios de la ciudad.
Según expresa Fulvia Márquez, “…nosotros estábamos tratado de asistir una realidad muy cruel, era ir más allá de lo que nos decían las paginas rojas o lo que nos decía el orden público, era reconocer que había jóvenes que “apostaban por la vida (…) cansados de la violencia”4. Esto significaba un registro distinto del ser joven en Medellín. Con el Programa Casas Juveniles5 se reconoce la emergencia del “actor juvenil urbano popular” heterogéneo (Márquez, 1994). Es así, como se crean y se recrean programas como Temporada de Cine6, Muchachos a lo Bien7, Arriba mi Barrio8 que darán inicio a una forma diferente de narrar la juventud.
El comienzo de los noventa tuvo como marca la securitización, pero también la promoción de opciones para la juventud. Región jugó un rol significativo en el reconocimiento de la condición juvenil, y las prácticas y procesos que se impulsaban en los territorios. En 1990 a propósito del Seminario de Violencia Juvenil, se planteó la multicausalidad del problema y la necesidad de integrar las diversas perspectivas: gubernamentales, de la sociedad en general y de la sociedad civil en particular (Corporación Región, 1990).
2. La Ley de juventud un giro en la mirada: subjetividades, participación política y poder juvenil
Región en esta década participó en escenarios donde definir conceptualmente el sujeto joven era una necesidad; se identificaron categorías como: ciudadanía juvenil que, derivada de la Constitución Política de 1991, le reconoce como sujeto parte del Estado-Nación; la de sujeto estratégico del desarrollo, que propicia la inclusión de la juventud como protagonista de su desarrollo y trasciende la idea del joven como futuro; la de Sujeto de derechos y de responsabilidades, abriendo el escenario a los derechos y, con ello, a las políticas y la participación; la categoría de sujeto social transversal a todas las perspectivas anteriores, permite una revisión del enfoque de riesgo (Castrillón y otros, 2010).
Estas categorías propiciaron debates y orientaron las decisiones e intervenciones, originando enfoques diversos e incidiendo en la revisión de las políticas que se implementaban en la ciudad para atender a la juventud; por ejemplo, para implicar diversas áreas de la administración pública en la atención a la juventud y lograr escenarios en los que la participación juvenil fuera activa. El logro ha sido incidir en la construcción de un Estado garante y promotor de los derechos de la juventud que reconoce el sujeto joven como coprotagonista del desarrollo. Un escenario que abre esta perspectiva de Jubileo es el Consejo Municipal de Juventud –CMJ–, que con el acuerdo 07 de 1995 se instituye como “…una instancia de coordinación y concertación entre el Estado y la población juvenil” (Giraldo y otros: 1997); un escenario que, a su vez, será una escuela de formación política.
Las condiciones institucionales y el protagonismo de la sociedad, abren una ventana de oportunidad para incidir y construir institucionalidad. Es así como la organización juvenil y las instituciones como Región, de manera coordinada, impactarán en la creación de la Ley de Juventud (Ley 375 de 1997), con la que se reconoce jurídicamente a la ciudadanía y los derechos juveniles, e incluso, se promueve el CMJ a nivel nacional. Con la Ley de Juventud se inicia un periodo de institucionalización y se promueven las Políticas Públicas en las que Región aportará desde el acompañamiento técnico y/o como responsables de la formulación. Bajo su liderazgo y junto a otras organizaciones de la ciudad, llevarán a debate la pertinencia de la política pública de juventud participativa, que tal como lo expone Fulvia Márquez, “genera contradicciones con la institucionalidad pública”, sobre lo que es o no negociable en escenarios de participación juvenil.
En 2002 se aprueba la Política de juventud con una perspectiva multicausal, aunque limitada y con diversidad de enfoques, en torno a lo que será ser joven en Medellín. En la formulación del Plan Estratégico de Juventud de 2003, se logra pasar del paradigma de salubridad, centrado en el embarazo adolescente y el consumo de droga, hacia una mirada ampliada con programas que van desde la atención, hasta la prevención y la promoción de las capacidades juveniles. Además se incluyen programas interinstitucionales como La Escuela de Animación Juvenil y el Seminario de Periodismo Juvenil. La experiencia acumulada, permitirá ampliar su campo de acción y, participar de la formulación y/o asesoría de políticas pública para el Departamento de Antioquia y algunos municipios como Sonsón y la ciudad de Bogotá entre otros.
Si bien la juventud no se organiza en torno a lo político (Miranda y Balardini, 2000), si entendemos por lo político: “la constitución de un escenario común donde los agentes se manifiestan a través de la acción y el discurso” (Paredes, 2009). Sí es cierto entonces, que a través de los procesos sociales, se han incorporado a las dinámicas de exigibilidad, participación, reconocimiento y decisión. Región se propuso reconocer esta posición y fue coparticipe de la definición de al menos tres perspectivas: el proceso de reconocimiento de los derechos juveniles; la diversidad de enfoque y promoción de políticas públicas participativas y demás procesos jurídicos/legales y, la definición y reconocimiento de los escenarios de debate, negociación, concertación y construcción colectiva como los Consejo de Juventud.
3. Formar jóvenes y adultos para el trabajo con población juvenil
La pedagogía ha estado en la historia de Región asociada a la defensa y promoción de la democracia y, la reflexión en torno a las prácticas y saberes institucionales. Un campo desde donde se ha fomentado la recuperación de saberes y apoyado cambios de modelos de formación y educación verticales y autoritario que “aporten a la construcción de sujetos democráticos y a la construcción de propuestas educativas que aporte a la superación de las desigualdades y exclusiones” (Corporación Región, 2009).
Educación popular, pedagogías críticas, pedagogías sociales y pedagogías del sujeto entre otros, son algunos de los enfoques de trabajo que convergerán en programas como el Seminario de Periodismo Juvenil9y La Escuela de Animación Juvenil. Con el propósito “de generar encuentro de saberes, vivencias propuestas construcciones sociales y manifestaciones identitarias, para el ejercicio de la ciudanía” (Marquez 2016), se lleva a cabo el Seminario de Periodismo juvenil –SPJ–. La característica distintiva del SPJ, es que convoca a jóvenes de la ciudad, del área metropolitana, del departamento e, incluso, de otras ciudades del país, no solo para hacer periodismo, sino para tejer un ejercicio reflexivo sobre la ciudadanía juvenil y su relación con el entorno, con el Estado. Uno de los impactos más significativos es reducir las fronteras entre la población juvenil.
En un encuentro de animación juvenil en 1997, Región converge con diversas instituciones y se inicia la constitución de la Escuela de Animación Juvenil –EAJ– para “cualificar saberes y conocimiento sobre la condición de juventud y herramientas para el acompañamiento de Políticas Públicas”, que consolidaría la apuesta por la “Formación de formadores en juventud, fortalecimiento de los procesos juveniles y cualificación de los adultos que trabajaban con jóvenes” (Comunicación personal, Mónica Sepúlveda, 2019), el liderazgo del equipo de juventud en Región, será un soporte técnico y económico solidario para las sostenibilidad de casi una década de existencia de la Escuela.
De acuerdo con Manuel López la EAJ aportó, en primer lugar, a la formación a través de diplomados para jóvenes y adultos sobre juventud, generando una especie de profesionales del trabajo con jóvenes en la ciudad, (juventólogos) lo cual redundó en la generación e implementación de Políticas Públicas e impulso redes de trabajo y la creación de la Subsecretaría de Metrojuventud en la Alcaldía de Medellín. En segundo lugar, la producción escrita aportó a la fundamentación de un conocimiento sobre juventud y, sobre las metodologías de trabajo con jóvenes en la ciudad (Comunicación personal, Manuel López 2019).
4. Expresiones, prácticas e internet: formas de apropiación del mundo y sus discursos
Así como Región ha participado en los procesos de institucionalización, también ha promovido espacios para la reflexión desde perspectivas críticas de estos procesos en el quehacer con jóvenes, en el año 2000. Con el Seminario Umbrales se planteó la necesaria revisión del rol de las instituciones sociales, en especial por el creciente dominio del mercado en la definición de la realidad social, que cerró con la invitación de “…partir de las prácticas cotidianas y no de un enfoque normativo o un enfoque que va cerrando las perspectivas” (Corporación Región, 2000). Uno de los retos planteados en el Seminario, estuvo orientado a la comprensión de las Culturas Políticas Juveniles, en el sentido de:
Tratar de entender los modos de rearticulación, de reconfiguración de las culturas políticas juveniles también, en sus articulaciones con otro conjunto de actores, que atienda, tanto a las dimensiones más tradicionales, que no pretendo negarlas, como también a estas dimensiones de una cultura política emergente (…) cómo reconocemos estas otras formas y prácticas culturales y políticas, por ejemplo, a través del arte, la música, la pintura, etc (Corporación Región, 2000)
Esta es una preocupación de los juventólogos quienes, a finales de los 90 desde de una perspectiva culturalista, invitarán a entender las llamadas “tribus juveniles”, que constituían unas formas distintivas de ser y estar. Medellín en Vivo: Historia del Rock (Uran y otros 1997), permitirá evidenciar las expresiones y las prácticas de la juventud a través de la música y sus estéticas. Pero es a partir de las Culturas Juveniles, que se plantea la reflexión en torno a las identidades juveniles en Región. Con Rossana Reguillo (2000), José Manuel Valenzuela (2005) y Jesús Martín Barbero (2009) como referentes, se entiende la juventud como concepto polisémico, una construcción social que admite la heterogeneidad, la diversidad y la pluralidad.
Procesos como La Piel de la Memoria, Ensamble y Urbánicos, buscaban a través de un proceso de construcción estético-pedagógico y horizontal, reconstruir las memorias, la relación con los territorios y las marcas de las violencias. En algunos casos, se consideraba que “una persona llega a la violencia solo porque no tiene otra manera de solucionar sus problemas”10 y Urbánicos buscaba evidenciar que existían otras opciones, en otros casos la experiencia estética se proponía “aliviar el dolor y el odio que la guerra desencadena en los sobrevivientes, para que pueda servir a otros que estén en las mismas búsquedas” (Hoyos, 2001).
Con estos referentes, el Seminario de Comunicación Juvenil incorporó la estética como reflexión y como expresión desde el performance y la fotografía y, aprovechando la exponencial del internet y las tecnologías, se incluyen expresiones como el stop motion, el film minuto, el micro documental, la televisión virtual, la radio virtual, los blogs, entre otros. Así se irán redefiniendo los medios y las mediaciones que, según expone Barbero (2009) se moverá entre la posibilidad de subvertir el orden social bajo la globalización de las relaciones y los nuevos ejes de consumo. Son los albores de una generación que tendrá en los dispositivos tecnológicos y comunicativos una multiplicidad de lenguajes y narrativas de producción, difusión e interacción.
Con Imagine Medellín11 en 2006 las estéticas, las nuevas sociabilidades y formas de comunicación digitales, serán el coctel perfecto para hablar de diversidad y en contra de la discriminación. Un escenario de producción simbólica en el que la juventud será creadora y consumidora, al tiempo que debaten y reconstruyen su comprensión de las relaciones sociales y ven en “el respeto por [la diversidad] un indicador de las condiciones de equidad y justicia de una sociedad” (Zea, 2013). Imagine, en la lógica de rebeldía juvenil, significará para Región la discusión en torno a la autodefinición, hasta convertirse en un proyecto autónomo.
Lo significativo de este proceso es que sugiere una renovación de los procesos pedagógicos y del trabajo con jóvenes. Al participar en el Laboratorio12 de la Escuela Itinerante de Paz, se entenderá que las tecnologías no son solo medios, sino la expresión misma de un momento histórico en el que la población juvenil interactúa, representa el mundo y es sujeto. Hoy no es posible pensar la condición de juventud sin las mediaciones tecnológicas, las redes de relacionamiento locales e internacionales y los leguajes de comunicación que se mueven entre la individuación y la colectividad.
5. La juventud en momentos de incertidumbre: retos y perspectivas
El mundo cambió tanto que los jóvenes deben reinventar todo: una manera de vivir juntos, instituciones, una manera de ser y de conocer. Michael Serres (2013)
Finalizando la década del 2000 se acusa a la juventud de pérdida de objetivos y ausencia de utopía. Serres (2013) en un hermoso cuento dice: Pulgarcita, va a mostrar que el mundo cambió; Pulgarcita es la imagen de una generación que tiene todo al alcance de un click, la información en espacio/tiempo. Según dice esta generación no ha vivido el dolor, la guerra, la pérdida. Este es un relato de la crisis de los pilares de la modernidad: la estabilidad laboral, la localidad de las relaciones de poder, la comunicación y los mass media, la morales religiosas, la relación lineal tiempo y espacio y, los referentes institucionales de autoridad y poder como escuela y gobierno. Según plantea, la juventud es individualista y egocéntrica porque no tienen un referente, en los adultos, de defensa de lo colectivo; la naturaleza destruida, las instituciones políticas inapropiadas, no les ha dejado en que creer. Es la ruptura de los referentes.
El cuento de Pulgarcita narra la realidad de un grupo social específico que bien podría ser la juventud de cualquier ciudad del mundo, centros urbanos, con acceso a grandes ofertas de consumo; es el grupo social que tiene el reto de reinventar el orden, según lo plantea, esta generación se encuentra en medio de un mudo obsolescente y cuenta con las herramientas para renovarlo. No obstante, en medio de todo, existen múltiples mundos en las mismas ciudades, donde las brechas sociales y digitales no se han cerrado. Pero es claro que mientras la modernidad rota y con deudas incumplidas, subvierte el orden y genera nuevas cuestiones de marginalidad, la realidad social se debate en el creciente individualismo y las nuevas reivindicaciones colectivas. Esto es así, en el caso de América Latina en el que se ha revitalizado la violencia y las condiciones adversas para los jóvenes no desaparecieron, se transformaron y se adaptaron.
Todo ello, sugiere un cambio en las perspectivas discursivas y una revisión de los conceptos que se han desdibujado y que por lo menos, requiere algunas reflexiones en torno a:
- Repensar la moratoria social. Si bien Valenzuela advertía en el 2005 la diferencias en intensidad del tiempo social, hoy es claro que la juventud como en el cuento de Pulgarcita, transita espacios y tiempos indeterminados; se mueven en tiempos asincrónicos, territorios virtuales y físicos, relaciones locales y globales y, el futuro ya fue (Valenzuela, 2005).
- Se aprendió que los procesos de subjetivación son múltiples y las instituciones continuamente despliegan dispositivos para formar, moldear al sujeto joven. Hoy es importante revisar los procesos de sujeción y la configuración de las relaciones de poder; relaciones difusas que se mueve entre la negación del poder, la incertidumbre, las promesas incumplidas de la modernidad y la debilidad de las instituciones.
- Lo político que representó la conquista de las Políticas Públicas, como el reconocimiento del sujeto joven, cooptó los procesos de participación juvenil, amplió el marco de control sobre su acción y concentró las decisiones en la institucionalidad estatal. Esto ha afectado los procesos de ciudad y requiere una reflexión amplía y sistemática.
- El hacer con otros fue muy importante y sigue siéndolo, los procesos son complejos pero aprendimos que se podía. El reto es reconocernos en la ciudad, con la ciudad y, en medio de las antipatías y egos individuales que terminan por imponer agendas de unos por encima del ejercicio colectivo
No cabe duda que Región es parte de la historia de la juventud en Medellín y la historia de la juventud en Medellín es parte de Región, una relación que desde 1990 hasta 2010 formó y acompañó nuestro quehacer con juventud. A través de la juventud, leímos los cambios de la sociedad, los efectos de los ajustes institucionales y, se aprehendieron las lógicas de la participación como proceso transformador. Región ayudó a formar por lo menos dos generaciones y fue una voz autorizada en temas de juventud y, por el espíritu de hacer con otros, se constituyó en un aliado importante en la toma de decisiones. En general, la relación con la juventud fortaleció el campo de acción de la institución y permitió conocer dimensiones culturales e identitarias; en especial, en el trabajo con jóvenes continuamente se han observado cambios en los lenguajes, las estéticas y sobre todo en las formas de relación social que producen y reproducen en sus experiencias.
Ya se ha dicho que la juventud es un estado de cosas indeterminadas, pero a la vez, permite captar las paradojas, las contradicciones y las tensiones de la sociedad. Más que un concepto, en sí mismo, la juventud es la experiencia del tiempo de la vida por que reúne la expresión de la sociedad y a la vez, la resistencia a ella misma. Tal vez, este sea el mayor de los aportes que hizo el trabajo con jóvenes en Región: generó preguntas, desacuerdos e incluso contradicciones y quizá el reto sea encontrar una maneara de volver a captar la experiencia de la vida para seguir aprendiendo y fortaleciendo el trabajo social.
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Palabras clave:
Ciudadanía, democracia, juventud, participación, cultura
Notas al pie:
1 Tal y como se capta en la historia de la juventud.
2 “En este texto, el autor explora los sentidos y motivaciones que rodean el hecho de la relación jóvenes-bandas-muerte; es la historia de una confluencia entre la desesperanza, la ausencia de perspectiva de futuro y la marginalidad. Ver: Alonso Salazar J. (1991)
3 Una producción cinematográfica dirigida por Víctor Gaviria en 1990, que representa la generación de los jóvenes que, como en No nacimos pa´semilla, se ven encerrados en medio del conflicto, la violencia, la nada.
4 Durante los meses de agosto y septiembre de 2019, Región convocó a los Diálogos Región, como estrategia de celebración de sus 30 años. Durante el conversatorio sobre comunicación, esta fue la expresión de Fulvia Marquez (exsocia y extrabajadora de la Corporación refiriéndose al trabajo de Juventud en Región.
5 Casas Juveniles fue un programa que coordinó Región entre 1990 y 1994, en convenio con el Instituto de Bienestar Familiar, Consejería Presidencial Para Medellín y Consejería Presidencial Para la Juventud, la Mujer y la Familia.
6 Proyecto que tenía como propósito, llevar a los barrios confinados a la marginalidad y el estigma, cine de cartelera y cine documental que les acercaba al 7mo arte, como otra manera de narrar y reconocerse en el mundo.
7 Una producción para radio y televisión, que narra las realidades de los y las jóvenes juveniles desde sus vivencias, historias y voces y, con su protagonismos como presentadores e investigadores.
8 Programa de televisión local, con un formato diverso que integraba historias, cine y entrevistas además de encuentros en los barrios. Propuso un escenario masivo de reconocimiento e integración de jóvenes y adultos.
9 El Seminario de Periodismo contó con la convergencia de múltiples instituciones como: Comfama, Comfenalco, Paisa Joven, Universidad de Medellín, Universidad de Antioquia, Político Jaime Isaza Cadavid, Fundación Universitaria Luis Amigó, Convivamos, Corporación Simón Bolívar, Periódico el Tiempo, Canal U, Comunicando Sentidos, Full Producciones, Cesde, Platohedro, Alcaldía de Medellín entre otros.
10 Expresión de Ana Lucía Cárdenas (ex trabajadora de Región) cuando se refirió a Urbánicos durante el conversatorio sobre comunicación.
11 Campaña en contra de la discriminación y el Racismo, surge como iniciativa juvenil, en el marco de los programa de juventud en Terres de Homme Suiza. En Región, este programa es desarrollado en coordinación con el Seminario de Periodismo Juvenil hasta que en 2010, por iniciativa de un grupo de jóvenes, se constituye en un proyecto autónomo.
12 Estrategia metodológica que en coordinación con la Escuela de Ambientes Virtuales de la Universidad Pontificia Bolivariana y, posteriormente la participación de Fundación Desarrollo Comunitario de Barcelona. Región e Imagine coincidieron en concertar estrategias pedagogícas dirigida a juventud en torno a la paz, el derecho a la ciudad y las tecnologías de información y comunicación. Si bien, no se cumplió el objetivo de las TIC´s, se fundó un referente pedagógico que, a partir del enfoque de las capacidades, se centrará en la apropiación y no en el uso. Una perspectiva a la que no logramos generarle espacio de discusión porque en el centro, está el debate sobre la instrucción, la alfabetización y la formación de competencias, planteando un giro a los enfoques pedagógicos.