La incorporación de la cultura ciudadana como un eje transversal en los planes de desarrollo de Medellín, se enfrenta a la noción de ciudadanía cultural, la cual, se concreta en el ejercicio de los derechos culturales, en la construcción de capacidades ciudadanas mediante el arte y la cultura y no solo en la mejora de comportamientos cívicos.
La evidencia demuestra que el logro en torno a implementar las políticas necesarias para una verdadera transformación, no ha sido ni tan sistemático ni tan profundo y estructural; cabe preguntar, ¿por qué Medellín sigue siendo unas de las ciudades mas inequitativas, desiguales y excluyentes?
El desarrollo de comercios accesibles para las personas con discapacidad permite materializar el derecho que estas personas tienen a acceder en igualdad de condiciones a los espacios y servicios de la ciudad, pudiendo de manera autónoma participar de la vida social de la misma.
Hasta Gonzalo Arango en su “Medellín a solas contigo” hablaba de la contaminación de la ciudad y hoy, seguimos sumidos en lo mismo ¿no pudimos evitar lo evitable?
¿De qué hablar hoy cuando nos invitan a hablar de mujeres, feminismos o violencias de género? Como si hubieran estado en una olla a presión—y uso esta trillada metáfora por lo cotidiana que nos resulta—, han emergido con fuerza todos los temas, las reivindicaciones, las quejas: la violencia y el acoso sexual, especialmente en ámbitos laborales, la ausencia de mujeres en diversos espacios públicos de discusión, la paridad en la participación política, las brechas salariales. Cada vez reconocemos nuevos escenarios de discriminación y aparecen entonces nuevas luchas.