Opinión

Martes, 17 Abril 2018 13:06

Medellín, a solas con tu aire

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Daniel Suárez Montoya Daniel Suárez Montoya Cortesía

Hasta Gonzalo Arango en su “Medellín a solas contigo” hablaba de la contaminación de la ciudad y hoy, seguimos sumidos en lo mismo ¿no pudimos evitar lo evitable?

Por: Daniel Suárez Montoya
Activista ciudadano enfocado en la comunicación, la publicidad y la cultura

En el Área Metropolitana conocemos desde el año 2016, la problemática sobre la mala calidad del aire que respiramos. Nos enteramos porque decidieron abrir los datos y contarnos que este aire es tan dañino que incluso puede generar más muertes al año que la violencia y, tal como se enfrenta la violencia, se ocupan del tema ambiental de forma reactiva.

Nos han repetido tanto el cuento que ya nos lo sabemos de memoria: estamos en un valle estrecho, el aire se acumula, la causa principal está en las fuentes móviles y los picos de mayor contaminación, suceden entre marzo y abril, y octubre y noviembre. También, nos presentaron un plan de ruta con un documento llamado POECA, el cual se activa en estos períodos críticos; ya nos contaron de un documento: PIGECA, que establece objetivos clave para evitar llegar a un sin retorno en nuestra situación de contaminación, y nos mostraron un nuevo Pacto por el Aire, tan endeble y poco medible que no vale la pena difundirlo, a no ser que se pueda cambiar y mejorar, a partir de las propuestas ciudadanas (ver propuestas). Con todas estas herramientas comenzamos a pensar en aspectos no reactivos sino de acción a corto y mediano plazo, que es como lo necesitamos, pero ¿Cuándo veremos la transformación? ¿Tendremos que esperar las fechas aciagas para que se evidencie la aplicación de estas medidas y planes? ¿Nos seguirán prometiendo acciones a partir de documentos extensos que quizá en diez años caduquen y se deban volver a crear empezando de cero?

Quiero compartirles la síntesis de una conversación con un grupo de ciudadanos que nos llamamos “Por El Aire”, en la que planteamos puntos de vista diferentes e interrogantes a los cuales espero, podamos encontrar respuestas.

• Llevamos dos años y tres contingencias, tenemos estudios, documentos, algunas rutas pero hay un evidente interés mayor en los gremios económicos ¿prefieren vernos ahogados que generando propuestas radicales para un cambio?

• Vivimos una urbanización sin control; tenemos un déficit de 700 mil árboles y la misma entidad ambiental, tiene problemas para exigir su reposición a las constructoras. ¿Vamos a seguir permitiendo que se talen árboles sin tener dónde sembrar nuevos?

• Necesitamos hacer mucho más énfasis en las medidas de control. En el Área Metropolitana el POECA, comenzó a regir a partir de una nueva resolución nacional sobre medición de calidad del aire y su mitigación, cuando nuestro valle tenía normas mucho más estrictas que a nivel nacional ¿por qué retroceder sabiendo que precisamos ser más rigurosos?

• En las épocas de contingencia, la principal dificultad es la forma de comunicar y explicar a la ciudadanía. Si bien las redes sociales son un medio, no todos los habitantes de los 10 municipios las usan ¿cómo informar a casi cuatro millones de habitantes sobre algo tan serio?

• Nos hemos concentrado mucho en Medellín, pero ¿cómo están actuando en las demás alcaldías para mitigar el impacto en sus municipios?

• Nos abrieron los datos, pero éstos están concentrados en la medición de calidad del aire, no hay referentes concretos a otros aspectos de impacto que aportan a la contaminación, como movilidad y venta de combustibles en la ciudad.

• Se habla mucho de la contaminación del aire, pero ¿Dónde vamos a dejar el ruido, el déficit de árboles y los problemas de iluminación? ¿Hace cuánto miramos al cielo en la noche para ver estrellas y no las vemos?

Muchas preguntas, demasiadas dudas, y bastante desconocimiento. Al parecer en las instancias decisoras tampoco la tienen clara o no es de su interés ocuparse de lleno en este tema.

Hasta Gonzalo Arango en su “Medellín a solas contigo” hablaba de la contaminación de la ciudad y hoy, seguimos sumidos en lo mismo ¿no pudimos evitar lo evitable?