Luz Amparo Sánchez Medina
Coordinadora Programa Derecho a la Ciudad y al Territorio
Corporación Región
“Me dicen que puedo ser idealista, pero la paz es la cosa más importante que nosotros, como comunidad humana, tenemos que ser capaces de crear” (John Paul Lederach)
El proyecto que compartimos hoy es el resultado de encuentros solidarios de organizaciones que, en sus saberes y haceres diferenciados, conservan la convicción en ese ideal que anuncia el epígrafe de Lederach y que nos insta día a día a contribuir a la formación de una cultura de paz en Medellín. Con este propósito se conforma la alianza interinstitucional entre la Corporación Región (Medellín, Colombia), la Fundación Desarrollo Comunitario (FDC, Cataluña), la Cooperativa Desarrollo Comunitario (Cataluña), la Universidad Pontificia Bolivariana (UPB-Medellín, Colombia), la Secretaría de las Mujeres de Medellín (Alcaldía de Medellín), el colectivo internacional de jóvenes Imagine (seccional de Medellín), la Institución Educativa José Acevedo y Gómez (Medellín) y posteriormente, La Fábric@ (Cataluña).
En 2012 nace, entonces, la Escuela Itinerante de Paz (Creando paz), con dos presupuestos básicos: uno, la concepción de que la paz no es sólo ausencia de guerra, y dos, la paz es el elemento movilizador de la acción formativa. El primer presupuesto permitió la identificación de múltiples conflictos en los ámbitos comunitarios, agudizados por la falta de una adecuada y oportuna atención, con efectos destructivos en el tejido social, situación agravada por las dinámicas de control de actores armados que alentaron la resolución violenta de conflictos vecinales, comunitarios, familiares y, desde la sociedad, la legitimación y demanda de dichas respuestas. El segundo presupuesto nos exigió como alianza, la construcción de una respuesta tendiente a fortalecer los mecanismos sociales de gestión pacífica y transformación de conflictos.
Por tanto, nos empeñamos en la construcción de una estrategia sistemática de educación para la paz y la resolución no-violenta de conflictos, con enfoque diferencial, desde la equidad de género, la vinculación de todas las generaciones, desde procesos de formación que transformen concepciones y prácticas violentas e ilegales que se han arraigado en buen parte de los habitantes de la ciudad. Y encontramos en la mediación comunitaria, una de las formas de gestión pacífica y de transformación de conflictos que invita, además, a las personas, a asumirse como ciudadanos y ciudadanas activas, implicadas en la historia de la ciudad y el territorio. Mercé Zegrí (2014) sintetiza así los aportes de la mediación comunitaria:
“Las experiencias de transformación de conflictos aportan aprendizajes significativos para la vida, fortaleciendo la ciudadanía desde el compromiso y la participación activa y consciente. La pedagogía que se desarrolla sobre el terreno es un activo que impregna a los territorios de valores, conocimientos e instrumentos para plantear y fundamentar nuevas propuestas” (p.109)
La Escuela Itinerante de Paz (EIP) es una propuesta formativa en movimiento, espacial y temporal, con escenarios y procesos diversos de formación que, a diferencia de una escuela formal instituida, se fundamenta y potencia en el sentido simbólico de itinerancia, pues sus contenidos jamás pueden estar predefinidos ni terminados: se funda en el diálogo abierto, el diálogo de saberes, por lo que no hay una palabra final y definitiva. La noción de itinerancia, la cual se entiende aquí como un criterio de incidencia territorial y también un modo de construcción progresiva y reflexiva del currículo ajustado en la marcha del proceso de formación.
En 2012 se conformó el Grupo de Apoyo Pedagógico (GAP) con integrantes de cada una de las entidades de la alianza impulsora del proyecto, para el diseño del currículo en mediación comunitaria. El currículo es, por tanto, el resultado de un intercambio sistemático, que ha materializado diversas experiencias de sensibilización en mediación de conflictos y de formación en mediación comunitaria, con dos diplomados realizados desde la perspectiva diferencial y de género.
Para la convocatoria a estas experiencias de formación, Creando Paz reconoce los saberes previos y la existencia de iniciativas de mediación comunitaria y escolar, gestadas por las comunidades locales, como respuesta a los conflictos vividos por la población. Da allí que los participantes tengan un espectro amplio: líderes sociales y comunitarios, víctimas organizadas, mujeres de colectivos con presencia en los territorios urbanos y rurales de Medellín y el Área Metropolitana, docentes, estudiantes y servidores públicos a cargo de procesos organizativos con sectores específicos de la población, víctimas del conflicto armado o gestoras y gestores de paz. Todos ellos, sectores estratégicos en la perspectiva de cambio hacia una cultura de paz.
Lo que ha acontecido entre 2012 y 2016
Cinco años después, el proceso de sensibilización y formación en mediación ha dejado algunas certezas y aprendizajes para los participantes y entidades promotoras de Creando Paz que vale la pena destacar:
- La estrategia de formación es también una estrategia de prevención e intervención de los conflictos, pues los y las participantes se han sentido interpelados, se han reconocido como parte de conflictos y, de manera autocrítica, han considerado la importancia de poner en suspenso el juicio, anteponiendo una actitud investigativa en la que merece especial atención la incidencia de las interpretaciones, percepciones, vivencias, emociones que cada implicado concede a la situación conflictiva.
- Las actitudes autocríticas y reflexivas frente a sí, a otros y a las relaciones interpersonales, familiares, laborales y comunitarias son necesarias para la práctica de la mediación en contextos comunitarios y en la construcción social de la paz, nos facilita ejercer como mediadores y no como jueces.
- El cambio de interpretación incide en la actitud, así ante el conflicto concebido exclusivamente desde su aspecto negativo, es común el temor, la huida o la eliminación por la fuerza, pero la comprensión y valoración de los conflictos como una oportunidad personal y social, cuando éstos son adecuadamente gestionados, genera mayor interés por ocuparse de ellos buscando respuestas creativas y vivificantes, hacia la comprensión recíproca sobre las maneras de vivir y entender la realidad y el mundo común compartido.
- La mediación como lenguaje, actuación y comprensión, ofrece recursos para romper la polaridad binomial con la que nos relacionamos y de este modo incide en la prevención de tratamientos inadecuados de conflictos y favorece una mirada más compleja de las relaciones humanas.
- La mediación escolar, a través de metodologías adecuadas, facilitó a docentes y estudiantes el intercambio sobre su relación con el conflicto, potenció la escucha atenta, la comunicación constructiva para la gestión de los conflictos y la experimentación de diversas maneras de abordarlos. Es notable el esfuerzo de los participantes para transferir los aprendizajes a la totalidad de la escuela, e incorporar maneras creativas de potenciar los usos del diálogo para abordar los conflictos.
Creando Paz en el contexto actual del país
En primer lugar, es favorable a la estrategia de formación de la Escuela Itinerante para la construcción de cultura de paz (Creando Paz), pues en el contexto actual del país, la palabra y el sentido de la paz se convierten en tema de debate y en esperanza de un cambio duradero. A su vez, se aprecia con mayor nitidez la pertinencia de la estrategia puesta en marcha desde 2012.
Para Colombia, por el carácter prolongado del conflicto armado, la paz es algo así como un mundo anhelado y temido a la vez, en tanto realidad desconocida, y por ello es necesario ganar confianza y sacudirse de los miedos que han atenazado durante décadas a la población en Colombia. Disponer de herramientas y conocimientos de gestión de conflictos en la vida cotidiana, ayuda en este propósito; entendiendo autocríticamente que la violencia ha sido hasta ahora utilizada para atender las diferencias en la familia, la escuela, el vecindario y la organización comunitaria.
A diferencia de 2012, en 2016 es más fácil comprender que la firma y refrendación del Acuerdos de Paz abre la puerta a un nuevo espacio en el que será posible ocuparnos de nuestros propios conflictos, con la convicción de que la paz se construye con el concurso de todos; pues, como lo plantea Lederach: “La paz se logra cuando cada colombiano asuma el respeto por la diferencia y establezca relaciones constructivas con el otro, con ese otro al que durante más de medio siglo no ha querido o no ha podido escuchar” (2016, p.8).
En últimas, de lo que se trata y a lo que aporta La Escuela Itinerante de Paz en Medellín es al fortalecimiento o reconstrucción de las relaciones como arquitectura de la sociedad y, sobre todo, a la búsqueda de sentido para nuestra trayectoria humana, todo ello para una cultura de paz.