Por: Brayan Montoya, Comunicador, Proyecto ¨Quidbó, Municipio seguro para niños, niñas y adolescentes.¨
Se rumora que Quibdó recibe su nombre en honor a un Cacique del siglo XVII quien fuera el soberano de estas tierras. Hoy en día, sobre este mismo nombre, se construye un sueño, un sueño ambicioso, un sueño que UNICEF y Región tomamos prestado para aportar con algo; un sueño en el que involucramos a otros (ASINCH e IMESCO)1 como socios y al que le pusimos un apellido preciso: Quibdó, Municipio seguro para niños, niñas y adolescentes.
Pero no se trata de la seguridad vista como un simple escudo que evita y repele un entorno violento. Va más allá, hacía lo propositivo, hacia las transformaciones construidas con (no para) la niñez, la adolescencia y la juventud, en busca de la paz transformadora que integra todas las dimensiones del ser humano.
En esta ilusión colaborativa nos involucramos en los ambientes comunitarios, a través de la estrategia Somos paz, que lo primero que nos ha permitido es comprender con mayor profundidad el paradigma de una realidad tan particular como la chocoana. Aquí, según los y las participantes de este espacio, el hambre es un sentimiento, el ser tiene vínculos sumergidos en los ríos y el cuerpo expresa un lenguaje cotidiano. Por eso, desde esta estrategia artística y terapéutica, liderada por ASINCH, buscamos explorar tres cosas: las raíces, para honrar a los ancestros y familiares, pero también para descubrir herencias a las que se quiere ser leal y los comportamientos dañinos que se quieren cambiar según la propia percepción; la tierra, para entenderse como sujetos con identidades únicas, libres de los yugos sociales impuestos desde el género; y las alas, para fomentar las propias pasiones y habilidades con iniciativas concretas.
Las aulas de clase, de la misma manera hacen parte de nuestra fantasía, y a través de Escuelas en paz, queremos fortalecer este espacio como un entorno protector, promoviendo la diversidad, la igualdad, la convivencia y la participación. Para algunos y algunas estudiantes su institución educativa ya representa un refugio que les aleja de viviendas violentas o situaciones de injusticia en su barrio. Escuela significa, en sus propias palabras, “Un hogar donde se enseña”, un templo e incluso una familia. Para seguir fomentado estos sentidos, después de identificar las principales problemáticas y hacer un proceso de sensibilización, pretendemos construir colectivamente un reto: un propósito que podamos alcanzar a corto y mediano plazo.
Las familias, como célula social primigenia, se involucran a través de la estrategia Seres de cuidado; una iniciativa que desde el 2014 ha procurado la protección de los niños, niñas y adolescentes en sus hogares; no solo a partir de prácticas de los cuidados en casa y los cuidados al comer, sino también desde los afectos y el lenguaje positivo que permitan que esos lugares comunes con los parientes, igualmente sean espacios para la paz.
Además para que este sueño sea completo creamos una escuela que nombramos “Tejiendo red” con la intención de que las organizaciones sociales se articulen para que construyamos juntos una visión protectora frente a los riesgos de violencia que bajo muchas formas amenazan a la niñez, la adolescencia y la juventud quibdoseña. Nosotros solo acompañaremos un tramo de la travesía pero estas organizaciones y la institucionalidad serán quienes velen para que nadie los despierte de ese sueño que se llama Quibdó, municipio seguro para los niños, niñas y adolescentes.
1La Asociación para las Investigaciones Culturales del Chocó (ASINCH) aporta al buen vivir de las comunidades afrodescendientes, mestizas e indígenas del pacífico colombiano, a partir del conocimiento, revitalización y empoderamiento de sus legados culturales y sus territorios. Mientras Impacto y Estrategia en Salud Comunitaria (IMESCO) es una estrategia de Unicef que trabaja directamente con las familias temáticas relacionadas a la salud, nutrición y desarrollo de los niños, niñas y adolescentes; mujeres lactantes y madres en periodo de lactancia