Por desmesura de sus egos, por torpeza política, por someterse al mandato de una dignidad a todas luces necia y vanidosa, por no haber aprendido las lecciones que nos han dado Uruguay, Chile y Francia, países que no dejaron subir al poder, en los últimos años, lo peor de sus representantes políticos– la espada de Damocles caerá sobre sus cabezas.
Estamos asistiendo, impávidos, al final anunciado de una película de terror: ¡el Acuerdo de Paz hecho trizas!
Hoy como nunca toma vigencia la premisa según la cual, el sentido profundo de la democracia está en que interpela no solo al régimen político sino a las formas de ser y actuar en la vida privada y pública pues además de exigir garantías en las reglas de juego, cada votante en el convencimiento de su justeza, debe disponerse a acatarlas y defenderlas con sus propias actitudes.
Los resultados de la reciente jornada electoral sugieren algunas reflexiones sobre el panorama político y la futura contienda por la presidencia. A continuación algunas pistas para la reflexión:
Invitamos a la ciudadanía a cargar de sentido ciudadano el acto electoral, a informarse sobre las propuestas de las diferentes candidaturas, a votar de manera consciente por los mejores proyectos para nuestro país y, especialmente, a erradicar todo tipo de práctica que promueva o haga uso de la violencia verbal o física como medio para alcanzar resultados políticos y electorales.
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