Estamos asistiendo, impávidos, al final anunciado de una película de terror: ¡el Acuerdo de Paz hecho trizas!
Hoy como nunca toma vigencia la premisa según la cual, el sentido profundo de la democracia está en que interpela no solo al régimen político sino a las formas de ser y actuar en la vida privada y pública pues además de exigir garantías en las reglas de juego, cada votante en el convencimiento de su justeza, debe disponerse a acatarlas y defenderlas con sus propias actitudes.
Los resultados de la reciente jornada electoral sugieren algunas reflexiones sobre el panorama político y la futura contienda por la presidencia. A continuación algunas pistas para la reflexión:
Invitamos a la ciudadanía a cargar de sentido ciudadano el acto electoral, a informarse sobre las propuestas de las diferentes candidaturas, a votar de manera consciente por los mejores proyectos para nuestro país y, especialmente, a erradicar todo tipo de práctica que promueva o haga uso de la violencia verbal o física como medio para alcanzar resultados políticos y electorales.
Después de un 2014 bastante intenso y con resultados muy satisfactorios en relación con nuestros propósitos (Ver Balance Social), nos disponemos a encarar el 2015 con nuevos ánimos y la misma convicción: lo que hacemos tiene sentido para esta sociedad y podemos aportar nuestro grano de arena a las transformaciones que la sociedad requiere.
Pasadas las elecciones de autoridades locales, desarrolladas el 25 de octubre anterior, es necesario extraer lecciones de lo que ocurrió e identificar los retos para actuar de cara a los procesos políticos futuros de nuestra nación. En este sentido, se pueden establecer los siguientes elementos: