Opinión

Martes, 13 Octubre 2015 08:01

Mi voto y el tuyo tienen sentido

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La apatía nos invade, así como la desconfianza, la desesperanza y, hay que decirlo, la pereza de votar a consciencia. Pareciera que es más fácil votar por ese que nos dicen en el trabajo o en la universidad y, mejor aún, si esa persona a quien le doy el voto hace promesas para beneficio personal: un puesto de trabajo, un techo nuevo para la casa o la pavimentada de la entrada de la finca. Y entre promesas y favores, sólo la mitad de la ciudadanía se acerca a las urnas en las elecciones, o al menos este fue el amargo resultado que dejaron las pasadas elecciones locales, en 2011, cuando los índices de abstencionismo fueron del 49% en Medellín.

Y todo esto nos importa. Nos importa porque somos una institución que defiende la democracia y el voto como un valor dentro de este sistema político. Además, se trata de una conquista reciente; por ejemplo, sólo hasta 1992 se realizó la primera elección popular de gobernadores y en 1988, la de alcaldes; las mujeres sólo comenzaron a votar a finales de los cincuenta y el Código Electoral existe desde 1979. Al recorrer la cronología del voto en Colombia entendemos que estamos ante un derecho muy joven que debemos proteger y defender.

Por ello, ante los comicios locales que se avecinan, Región propone darle sentido al voto. ¿Cómo? Son cinco criterios que, desde nuestra perspectiva, le otorgan un sentido especial a la acción de votar.

1. Reconocer que el voto es un derecho y que debe ejercerse libremente. Que no se vende, no se intercambia, no se regala.

2. Conocer el candidato o la candidata a quien se va a elegir, su trayectoria y su proyecto político.

3. Comprender qué pasa en el lugar en el que se vive y tomar una decisión para el buen vivir de todas las personas.

4. Elegir a alguien transparente, sin antecedentes judiciales ni prácticas ilegales.

5. Aportarle a la construcción de paz en el territorio.

 

 

En suma, un voto con sentido es un voto libre, informado y consciente del momento histórico que estamos viviendo, en el que el país ha comenzado a soñar con la paz y el gobierno ha decidido dar pasos hacia ella. Necesitamos mandatarios locales conscientes de la importancia de la implementación de una paz territorial y necesitamos un electorado capaz de tomar decisiones, sin imposiciones, sin chantajes, sin 'dejarse llevar por la corriente'. Cuando salimos a la calle con nuestra campaña "Mi voto tiene sentido", aparece la pregunta por el candidato. "Bueno, ¿y entonces por quién debemos votar?", nos preguntan. Vote por alguien que le genere confianza, alguien en quien usted crea, alguien que esté pensando en la ciudad o el departamento en el que usted vive, alguien que no le prometa nimiedades (ya usted sabe que no van a cumplir, porque no es su competencia). Vote por alguien que quiera que vivamos en paz, por alguien que conozca el territorio que va a gobernar, por alguien que no tenga alianzas ominosas. Ahora, la decisión es suya. La pedagogía electoral no se trata de decirle a usted cuál es el mejor candidato; se trata de invitarlo a conocer, leer, reconocer, informarse y decidir, pues eso es la democracia.

Reconocemos que en el panorama electoral hay momentos en los que encontramos pocas señales de aliento, pero no desconocemos también que en Medellín, Colombia y en el mundo hay personas que se han propuesto resignificar el valor de la política y de lo público poniendo en el centro el bien común; sabemos que el mundo no se transforma sólo desde las instituciones, pero sin ellas tampoco habrá cambios duraderos. ¡Apenas son 27 años de elegir a nuestros gobernantes más cercanos! Así que seguimos con la tarea de elegir, transformar y proponer, como electores y electoras, las vías que como sociedad más nos convienen.

La democracia también es conversar. "Un país adquiere textura y densidad política cuando es capaz de organizar una buena conversación democrática eficaz en la que todos se sientan partícipes", escribió el columnista Lluís Bassets en 2011. Por eso, nuestra campaña "Mi voto tiene sentido" es una invitación a la conversación, a poner el tema en nuestro diálogo cotidiano, en los grupos de whatsapp, en las mesas de los bares y los restaurantes, en las redes sociales. Hablar de elecciones, de candidatos y candidatas, de propuestas y de preguntas, también nutre el sentido del voto, nos ayuda a madurar políticamente, a construir en colectivo, a sumar esperanzas y a tomar decisiones más acertadas. Conversar es fundamental en el ejercicio de nuestra democracia.

Y hay que abrir canales de diálogo diversos, conversar con todas las generaciones, disponer de muchas plataformas para que la palabra se convierta en herramienta para tomar decisiones. Por eso, "Mi voto tiene sentido" concentra sus acciones en los encuentros presenciales con destinatarios y destinatarias de los proyectos que hoy ejecutamos. En estos espacios, las personas pueden recibir el "abanico electoral" que hemos diseñado con razones y opiniones sobre el voto y expresar sus propias opiniones; creemos que escuchar y el compartir también contribuyen a la construcción de sentidos. De igual manera, seguimos con nuestra apuesta por la comunicación digital: a través de una fan page en Facebook llamada Mi voto tiene sentido y de la movilización del hashtag en Twitter #MiVotoTieneSentido también se ha tejido una conversación alrededor del tema.

La democracia también es trabajar con otros y otras. Por eso, no podemos dejar pasar la oportunidad de agradecer al Colectivo Imagine, un grupo de jóvenes voluntarios que se han unido a Región para salir a la calle a hablar del voto con sentido. También a la Cooperativa Financiera Confiar, que se unió de manera activa y solidaria con esta campaña, porque también creen que cada uno de nuestros votos tiene sentido en la transformación y el desarrollo de esta ciudad y este departamento.

A través de esta campaña también fortalecemos nuestra presencia en la Plataforma de Seguimiento Electoral SEPA, una iniciativa conjunta del Instituto de Estudios Políticos de la Universidad de Antioquia, el programa Antioquia Visible de la Universidad EAFIT, los pregrados de Ciencia Política de las mismas universidades, Viva la Ciudadanía, Conciudadanía, la MOE Antioquia, la Corporación Región, el Instituto Popular de Capacitación –IPC– y la Corporación Mujeres que Crean. Este proyecto nace del compromiso de investigadores y miembros de estas instituciones de velar por el buen funcionamiento de la democracia. Cuando nos reunimos para hablar del voto se amplían los efectos de nuestra propuesta, de lo que soñamos y de lo que creemos, así que, en aras de una construcción democrática, seguiremos haciendo con otras instituciones y personas que compartan nuestros ideales.

El 25 de octubre tenemos una gran oportunidad y el primer paso para darle sentido al voto es ejerciendo nuestro derecho, superemos el abstencionismo en nuestros territorios y expresemos en las urnas lo que pensamos y sentimos. Pero el voto cobra otro sentido después de las elecciones, ahí también tenemos la tarea de estar alertas, de seguir a quienes elegimos, comprender de qué manera desarrollan lo propuesto y seguir fortaleciendo nuestros criterios. Esa es nuestra responsabilidad ciudadana