Opinión

Viernes, 07 Febrero 2020 15:35

El Valle de Aburrá: ¿territorio de paz?

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El Valle de Aburrá: ¿territorio de paz? Tomado de: France24.com

Los centros urbanos del país deben comprometerse con la implementación del Acuerdo de Paz, pues este conflicto armado ha tocado las entrañas de la sociedad; no es un asunto exclusivo de víctimas y victimarios.

A tres años de la firma del Acuerdo de Paz para poner fin a un conflicto armado de casi sesenta años, los retos para la ciudadanía, los gobiernos nacionales, locales y las organizaciones de la sociedad civil se mantienen. Por esta razón consideramos necesario preguntarnos por su cumplimiento, los impactos reales en la implementación y su significado para los territorios urbanos especialmente, en nuestro caso, el Valle de Aburrá. ¿Tienen las nuevas administraciones locales una mirada territorial sobre la paz?

En el Cuarto Balance Regional a la Implementación del Acuerdo de Paz, documento que hemos publicado recientemente, se recoge un análisis sobre la relación entre las elecciones regionales del 2019 y la paz territorial y una propuesta ciudadana para quienes han llegado a ocupar las alcaldías de los diez municipios del Valle de Aburrá. El informe nos permitió identificar que aunque muchas de las propuestas de campaña pretendían contribuir de manera directa a algunos de los puntos del Acuerdo, especialmente en lo referido a víctimas y ruralidad, debemos señalar que el tema de la construcción de paz territorial no sobresale.

Venimos de un proceso electoral caracterizado por la polarización en la que se ha enfrascado el país en los últimos años; a esto se le suma, como señala el Balance: “la subvaloración y el poco o nulo protagonismo que en lo urbano, en los municipios del Valle de Aburrá, tiene el tema”. Las agendas de las campañas se centraron en temas como la seguridad, la movilidad, la educación y el medio ambiente, sin embargo, no se demostró gran interés por la articulación de estos con la construcción de Paz o la implementación del Acuerdo; quizás por ser este un tema de carácter nacional, o por el no reconocimiento de los impactos del conflicto armado en esta zona del departamento. Así, tanto las elecciones como las posturas de los alcaldes y gabinetes recientemente nombrados dejan muchas preguntas sobre el compromiso con la paz de las administraciones municipales y su comprensión política sobre esta coyuntura y su potencial para transformar la sociedad colombiana.

La ciudad de Medellín merece una mirada especial, pues en el 2016 el alcalde Daniel Quintero Calle gerenció la campaña por el Sí al Plebiscito en Antioquia y, en el mes de febrero del 2019, el despacho de la gestora social Diana Osorio instaló el Consejo Territorial de Paz, Reconciliación y Convivencia- CONPAZ, tarea bastante truncada en la anterior administración; además, en dicha instalación, se anunció la creación de una Gerencia de Paz para Medellín, un espacio que debe contar con el compromiso institucional necesario para su acción misional. Por todo lo anterior, parecen estar dadas las posibilidades para que Medellín lidere una agenda de construcción de paz local en el Valle de Aburrá; por ello, hacemos un llamado al alcalde, su gabinete y a la gestora social para que encaren este momento histórico comprometiéndose con la construcción de la paz territorial, esto sin duda tendrá impactos a nivel nacional. En ese mismo sentido, para el Área Metropolitana habría una oportunidad de oro para recuperar la potestad sobre este tema y retomar las iniciativas para hacer de la paz un hecho metropolitano. ¿Será posible una articulación real de los diez municipios en torno a una propuesta colectiva de paz y reconciliación?

Los centros urbanos del país deben comprometerse con la implementación del Acuerdo de Paz, pues este conflicto armado ha tocado las entrañas de la sociedad; no es un asunto exclusivo de víctimas y victimarios. El Acuerdo tiene tres enfoques centrales: diferencial, de género y territorial y, este último implica reconocer las particularidades de los territorios y las comunidades, en lo económico, lo ambiental, lo social y lo cultural. Además, supone la participación activa de la ciudadanía, de las autoridades territoriales y de los diferentes actores de la sociedad. Esta es una innovación con relación a otros acuerdos de paz en el mundo que busca mayores garantías de no repetición en tanto parte de una pregunta central: ¿qué quieren y qué necesitan las poblaciones en los territorios? Así, la implementación del Acuerdo pretende ir de manera directa a las causas estructurales del conflicto armado.

Recientemente el movimiento Defendamos la Paz, la Corporación Viva la Ciudadanía y la Alcaldía de Bogotá, convocaron a la Cumbre por la Paz Territorial con autoridades regionales y locales, un espacio para visibilizar el compromiso de quienes han asumido alcaldías y gobernaciones para el período 2020-2023 con esta construcción. Allí fue clara la necesidad de aprovechar la elaboración de los planes de desarrollo para incluir apuestas concretas de las administraciones con la paz territorial. Así que los diez alcaldes del Valle de Aburrá, sus secretarías y el director del Área Metropolitana están hoy ante un reto y una oportunidad. Nuestro encargo para este equipo es:

¡Convocar, facilitar y lograr hacer del Valle de Aburrá un territorio de paz!