Medellín y Antioquia se encuentran en un penoso retroceso frente a la medición de indicadores de transparencia, contratación, prevención de la corrupción y rendición de cuentas.
Poner el énfasis en las víctimas, no garantiza llegar a una visión compartida ya que no todas fueron victimizadas por los mismos actores ni experimentan los mismos traumas.