Opinión

Miércoles, 15 Diciembre 2021 14:40

Una Sociedad más Justa: Nuestro deseo de Navidad

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Feliz Navidad Feliz Navidad Región

Que seamos una sociedad más solidaria, capaz de indignarse y movilizarse ante el padecimiento de los más vulnerables, dispuesta a respetar las diferencias, tramitar pacíficamente los conflictos, perdonar y reconciliarse. Que seamos un país más justo, donde cada persona pueda construir su vida querida.

Si bien la Navidad es una celebración religiosa, en países como el nuestro representa mucho más. Para gran parte de la población, independientemente de sus creencias, se trata de un tiempo especial para festejar el fin de año junto a las personas que ama; comparten en familia, encienden luces, agradecen por lo recibido, hacen balance y formulan nuevos propósitos. El color, la alegría y el bullicio de la época son tales, que podemos perder de vista las miles de familias colombianas que no celebrarán la navidad, porque sus condiciones de vida no se los permiten.

De acuerdo con la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios-OCHA, en el país se ha registrado desplazamiento forzado de al menos sesenta mil personas durante el 2021 por situaciones de violencia, siendo esta la cifra más alta en los últimos diez años. Por su parte, Migración Colombia señala que este año, más de sesenta y siete mil personas de diferentes nacionalidades han pasado por el país rumbo a México, EEUU y Canadá, cientos de ellos aún permanecen en el territorio nacional, esperando una oportunidad para continuar su larga y peligrosa travesía. También la agencia de la ONU para los refugiados-ACNUR se ha pronunciado sobre el estado de los casi dos millones de venezolanos que ingresaron al país en los últimos cinco años, señalando que se ha visto agravar su situación por los efectos de la pandemia, dejándoles en condiciones muy precarias y sin medidas efectivas que les garanticen una inclusión social plena. Todas estas personas, al igual que la familia de Belén, tuvieron que salir de su tierra, por una u otra razón, dejaron su hogar y se echaron a andar en busca de un nuevo lugar para rehacer su vida por lo que es posible que esta noche buena sea solo otra noche más, cargada de miedo e incertidumbre.

Por otro lado, y como ya lo han mostrado diferentes informes presentados durante el año, el incremento de la pobreza deja cerca de veintisiete millones de compatriotas viviendo con menos de lo requerido para cubrir sus necesidades básicas. En muchos hogares se perdieron negocios, empleos, viviendas, por eso sus deseos son encontrar trabajo, comprar alimentos, obtener dinero para las matriculas escolares, pagar los servicios públicos, que la EPS les entregue los medicamentos que necesitan con urgencia, que pare de llover… Por más que se desee romantizar la pobreza, otorgándole cualidades y valores supremos, lo cierto es que muchas de estas personas no tendrán una feliz navidad, y posiblemente, tampoco un buen 2022.

Navidad es una palabra derivada del latín nativitas que significa nacimiento y es precisamente alrededor de este símbolo que se configura gran parte de la celebración decembrina, utilizándolo como símil de lo que esperamos nazca (surja, cambie, se transforme) en nuestras vidas, en las familias y en los entornos más cercanos; por lo que nos parece también necesario preguntarnos ¿Qué necesitamos que nazca en un país que cierra el año con semejantes cifras de exclusión social y desigualdad? En la Corporación Región tenemos la certeza de que la respuesta a esa pregunta es Justicia Social.

En 2010 nuestro entonces director, Jorge Bernal Medina, planteaba que: “…hablar de Justicia social implica promover y realizar transformaciones profundas a nivel económico, social y político, de modo que sea posible garantizar derechos, oportunidades, libertades y bienestar a todas las personas, especialmente a aquellas que han padecido los diferentes tipos de exclusión que una sociedad genera…”. Hoy ratificamos este llamado y consideramos urgente avanzar en esas transformaciones estructurales que son responsabilidad del Estado y de la sociedad. Necesitamos poner el bien común en el centro de la agenda del desarrollo y empezar a cerrar las grandes brechas territoriales, culturales, de género, educativas, laborales y económicas que durante décadas hemos arrastrado y naturalizado, solo así podremos, un día no muy lejano, celebrar la navidad con la certeza de que todas las personas que habitan este país tienen una vida digna.

Al finalizar este complejo 2021, marcado por los efectos y las mutaciones de la pandemia, por la polarización política, el recrudecimiento de la violencia, las movilizaciones ciudadanas y el dialogo social, queremos extender nuestro abrazo solidario para agradecer a quienes trabajaron día a día en la construcción de un mejor país. Nos regocijamos por quienes tuvieron una buena vida este año y deseamos que el bienestar continúe acompañándoles. Nos solidarizamos con todas las personas que sufrieron, perdieron a sus seres queridos y no recibieron la protección o la ayuda que requerían, y con las víctimas de todas las formas de violencia.

Nuestro deseo para el nuevo año es que logremos elegir gobernantes que fortalezcan el Estado Social de Derecho, que promuevan políticas redistributivas que generen mayores niveles de igualdad y que avancen decididamente en la construcción de la paz y la profundización de la democracia. Que seamos una sociedad más solidaria, capaz de indignarse y movilizarse ante el padecimiento de los más vulnerables, dispuesta a respetar las diferencias, tramitar pacíficamente los conflictos, perdonar y reconciliarse. Que seamos un país más justo, donde cada persona pueda construir su vida querida.